

Posada sobre las empinadas laderas verdes que miran al Cantábrico Brañaseca, aun en términos de Cudillero, abre las puertas del mundo vaqueiro, ese, que de aquí y hacia el suroeste, se extiende sin solución de continuidad por las montañas bajas de este Principado hasta los confines con León, en los abundantes y generosos pastos de la divisoria allá por los concejos de Somiedo y Cangas del Narcea. Tras de sí, un espectacular paisaje guarda en su memoria los quehaceres cotidianos de una experta y, algún día trashumante, sociedad ganadera: los Vaqueiros de Alzada quienes, en el imparable regar del tiempo, fueron pergeñando un sofisticado y peculiar sistema de vida para hacer frente a los caprichos orográficos de Asturias y a los recelos sociales de una veleidosa comunidad.
Hoy en día, las brañas, mermadas por el sacudir incesante del despoblamiento rural, sobreviven a la sociedad posindustrial de la mejor manera que saben, sin olvidar sus ganados, sus costumbres y sus tradiciones, las mismas que nos han regalado un paisaje tan duro como inolvidable, y en donde vaqueiros y lobos hacen armas por imperar.
Brañaseca Experience se acerca a ese mundo, penetrando en las entrañas del paisaje para descifrar su historia, su cultura y su gastronomía.
Brañaseca Experience se acerca a ese mundo, penetrando en las entrañas del paisaje para descifrar su historia, su cultura y su gastronomía.